La biodiversidad de las Lagunas Cejar y Piedra es posible gracias a la presencia de agua subterránea y superficial que se mantiene en el humedal. Este espacio es una creación de la Madre Tierra, pero también de los habitantes ancestrales que este territorio, el pueblo atacameño, pues fueron ellos quienes cavaban zanjas que encauzaban el agua para aumentar la superficie húmeda que era drenada y regada, está técnica andina es conocida como “regar el agua” y su principal objetivo es generar la propagación de la biodiversidad del lugar, permitiendo que la vida prevalezca en territorios como la cuenca del Salar de Atacama, un ejemplo que puede significar una alternativa para combatir la sequía en otros sitios.

Hoy podemos encontrar diversas especies de reptiles, aves e insectos que permanecen en este humedal a pesar de las consecuencias del cambio climático. EL cambio climático es un fenómeno que también amenaza a esta zona de humedales salinos, provocando importantes modificaciones en las condiciones climáticas y en el tiempo atmosférico. Es por esto que la compresión y la mantención de prácticas tradicionales indigenas permite mitigaras consecuencias negativas del fenómeno, pues estas resguardan y conservan el ecosistema.